La pregunta

LA PREGUNTA

Una noche más, te sientas frente al ordenador. Buscas algo interesante para ver, escuchar o leer. En realidad, te encuentras más de lo mismo, esperas alguna novedad, algo que te haga reaccionar, pensar, sonreír… Nada, no ves nada interesante y, además, el calor que hace esa noche te hace sentir más incómodo, te sientes irascible, inquieto, eres incapaz de conciliar el sueño. Pasan los minutos y el insomnio, el calor y hastío se apoderan de ti; entonces decides entrar en un chat. Tampoco ves nada interesante allí, los chateros hablan de cosas bastante triviales, es más de lo mismo.
- ¿No puedes dormir?
No sabes muy bien el porqué, pero esa pregunta capta tu atención. Esperas que alguien responda, pero nadie lo hace. De repente, y como por arte de magia, al intentar fijarte en el Nick de esa persona, observas que la pregunta ha desaparecido, te resulta extraño, en un chat no se pueden eliminar los comentarios. Piensas entonces que lo más probable es que se estuviese dirigiendo a otra persona y haya privatizado su perfil, todo puede ser –piensas-
- ¿Me estás buscando?
En ese momento te quedas perplejo, actúas del mismo modo que hiciste con la pregunta anterior, y el resultado vuelve a ser el mismo. La pregunta no aparece y sigues sin saber su Nick. Entonces piensas que lo más seguro es que alguien te esté vacilando, o tú, que resistiéndote a acostarte, a pesar de que los párpados ya pesan y los ojos comienzan a escocer; estés viendo cosas que no son.
En ese momento notas como estás sudando, hasta ahora no has sido consciente de ello. El calor, este tiempo te hace trizas, te agobia, te incomoda… Te irrita. Por una extraña razón, sigues dándole vueltas a las dos preguntas que crees haber visto escritas. Vuelves a buscarlas, y te desesperas porque la gente del chat continua escribiendo a una velocidad vertiginosa, y la tarea se convierte en una misión imposible. Empiezas a sentirte impotente y es entonces cuando, inconscientemente, golpeas la mesa con el ratón. Intentas calmarte pero el calor, ese calor te lo está poniendo muy difícil.
Te despojas de la camiseta que llevas puesta. Después coges la botella de agua que tienes sobre el escritorio y das varios tragos. Tienes mucha sed, y el agua se ha quedado caliente, eso te hace enojar. Mejor voy a la nevera y cojo otra que esté más fría. No han pasado ni dos minutos cuando ya has vuelto a sentarte frente al ordenador, con tu botella de agua fría. Bebes con ansiedad. Mientras bebes, algo escrito en esa pantalla del chat vuelve a llamar tu atención…
- ¡Ten cuidado con el agua!
Tardas en reaccionar, y cuando quieres hacerlo, parte del líquido de la botella se ha vertido sobre el teclado y tu pantalón. Rápidamente dejas la botella sobre el escritorio. Das la vuelta al teclado y lo sacudes intentado librarle de la humedad, al mismo tiempo, no despegas tu mirada de la pantalla, sigues intentando saber quién es la persona que escribe esas frases. Más de lo mismo. No la encuentras, ni las frases tampoco. Entonces decides escribir algo y comprobar por ti mismo si se puede eliminar lo escrito.
Comienzas a escribir: “Buenas noches” y pulsas el enter rápidamente. No puede ser –piensas- . Allí no aparece nada escrito, tu teclado no funciona. Enrabietado, das un puñetazo sobre la mesa.
- No puedes hacer nada ya
Lees esa frase con verdadero enojo y asombro. Deseas contestar, pulsas las teclas con ira, pero en esa pantalla no aparece nada escrito. Golpeas el teclado con fuerza contra la mesa.
- Te lo avisé
Frunces el ceño al leer esa última frase, te preguntas qué quiere decir con: “te lo avisé”
- ¡Cuidado con el agua!
No entiendes nada pero, ocurre algo que te deja perplejo. Ahora puedes ver todas las frases seguidas:
- ¿Me estás buscando?
- ¿No puedes dormir?
- ¡Cuidado con agua!
- No puedes hacer nada ya
- Te lo avisé
- ¡Cuidado con el agua!
Sientes como tu corazón golpea con fuerza tu pecho, el sudor cae de tu frente recorriendo tu rostro, notas tu boca reseca. Miras con temor la botella de agua que sigue sobre la mesa. No ves nada raro en ella. Vuelves a mirar la pantalla, y lo que ahora aparece escrito te hace tener un laberinto de sentimientos, incluso llegas a soltar una histérica carcajada mientras te llevas las manos a la cabeza…:
- ¡¡Vale ya tío, vamos a dejar de bloquear al personal que les vamos a volver locos!!

Ralvaz