Como mis últimas recomendaciones han sido de series largas para las que muchas veces no tenemos el tiempo o las ganas, os traigo hoy algo más liviano. Black Mirror consiste en una serie de episodios independientes y autoconclusivos. Podéis coger cualquiera y no necesitáis ver los siguientes o los previos.



La temática común a todos los episodios es como nos afectan las nuevas tecnologías y las implicaciones que pueden tener en nuestras vidas. Casi siempre son temas de actualidad o, visto al ritmo al que se produces los avances, temas que podrían ponerse de actualidad en un futuro muy cercano. Hay cosas que predecían capítulos antiguos que ya están ocurriendo.

Hasta la fecha se han estrenado poco más de 20 episodios, vienen en temporadas muy cortitas. Como en toda producción de estas características, hay altibajos entre los capítulos, no todos nos engancharán de la misma manera. La mayoría son muy entretenidos e interesantes de ver, alguno es sencillamente brillante. Si sois gente sensible, empezad por el segundo episodio, el primero es bastante soez (aunque no por ello carece de interés).



Por poneros un par de ejemplos, para que os hagáis una idea, en la primera temporada tenemos un episodio en el que toda la gente tiene un implante de memoria con el que graba todo lo que ve u oye, pudiendo repasar todo lo que ha vivido en su día a día. En la tercera, destaco un episodio en el que la sociedad se ha convertido en esclava de las redes y el acceso a lugares y servicios depende la popularidad que tengamos en las mismas.

Muchos de los temas que plantea son escalofriantes porque en cuánto reflexionamos sobre ellos nos damos cuenta de que hay más de realidad que de ciencia ficción en ellos. Al final, queda patente que tan importante como la adquisición de nuevos conocimientos es saber como los vamos a utilizar. El debate sobre el uso de las nuevas tecnologías, para mejorar nuestras vidas o para que se apoderen de ellas, está servido.