Kimera Films

Vuelvo de entre los muertos, o los exámenes, que es un poco lo mismo. Al final no pude terminar I´m with you in Rockland, aparte de que me faltan un par de doblajes, pero quiero volver a dar apariencia de que el proyecto sigue vivo y más o menos grabado en un 80%. Para la muestra pongo un par de imágenes, sin más.

Me planteo estrenar ya directamente Balada melancólica de Hollywood Avenue, que tengo 8 capítulos y, aunque quería estrenarlos cuando tuviera todos y así poder publicarlos a un ritmo constante, siempre puedo dilatarlos en sus estrenos...

genial, aunque creo que las imagenes estan un poco saturadas de efectos no?

Están realistas en mi opinión, y dan muy buena impresión.

Mi opinion como dibu, me parecen muy realistas y me gusta la mezcla gta y the movies, muy chulas

Gracias por los comentarios (bueno y a Dibujante casi merece un monumento por el doblaje que hizo). Lo de la saturación de efectos pues si te refieres solo a la primera, hay una explicación estilística Digamos que buscaba un contraste muy brutal con el tono anterior, grisáceo y colores mustios, pero después se relaja. Si también te refieres a la segunda pues ya no sé qué decir, porque es el tono de la película entera, intento darle una paleta de colores nueva al San Andreas y The Movies para que en movimiento parezca una unión más plástica.

¡Que chulas las imágenes! Sobre todo la primera que es muy buena.

No conocía este proyecto tuyo, así que desde ahora lo tendré muy en cuenta, ¡ánimo! =)

Bardo, si te digo la verdad igual me interesaría re-doblarte la peli, si aún está a tiempo y dices que te faltan algunos. He conseguido evitar que mi micrófono haga ruido, y quedaría mejor el resultado.

te fgalta mi doblaje, en unos momentos te lo tengo tio
Siento mi tardanza pero es que en estos momentos estoy muy ocupado con lo del concurso

Bardo, me puedes volver a pasar el guión? Lo he perdido todo D: Yo hacía de Joshua si mal no recuerdo

La sonrisa de la serpiente, por John Stuart Doyle

La risa, como el pecado, son atributos que todos los animales carecen. En el clímax de la obra de Umberto Eco, El nombre de la Rosa, se popularizó este aforismo que, poco a poco, ha conseguido vertebrarse en la cultura popular.

Sin embargo, hay pruebas fácticas de que algunos animales sí sonríen. Simplemente, hay que evitar el resplandor de los focos, el tótum revolution de los mass media, la liquidez posmoderna, y podremos vislumbrar esas muecas impostadas, frías y repelentes. Simplemente, hay que fijarse en el Subjefe de Homicidios Frank Masterson, director de la Unidad de Crímenes Especiales.

Debería hacerse un tratado sobre cómo un joven policía de Antivicio, con una hoja de servicios mediocre, ha conseguido establecerse en la cima del mundo. Dicha capacidad de filtrarse por los resquicios de las puertas parece más propia de un réptil que del tipo de policía que nos intentan vender. Y sin embargo, sonríe.

La historia de Frank empezó en las portadas de la prensa amarilla, cuando su rostro se familiarizó como comparsa sentimental de la famosísima y talentosa actriz Jane Millius, ganadora de un Oscar y cuya trastornada relación con el jugador de los Seattle Supersonic Kevin Punch había enojado a toda una nación. Francis Masterson se volvió Frank, Frankie, un buen chico, alguien que podía darle la estabilidad que merecía la novia de América. Y poco a poco, su rostro en las revistas empezó a copar su tiempo de share televisivo.

Como es propio en la administración Brown, con el fin de adaptarse a la cultura del reality que infecta el zeitgeist, el Departamento de Policía de Los Ángeles produjo Blues un reality que quería evitar la despersonalización del ya oxidado Cops y lavar la imagen de un Departamento enfangado en casos de corrupción y racismo. Frank era ya una estrella con derecho propio. De repente, verle en todas las alfombras rojas y entre bastidores policiales parecía costumbre.

Pero nadie sabía quién es Frank.

La Unidad de Crímenes Especiales, cuerpo creado explícitamente como soporte del reality Blues más que con función administrativa, ya debería llevarnos las manos a la cabeza. ¿Por qué una Unidad encargada de delitos con interés mediático? ¿Por qué no?, pensaron algunos. Era el patio de juegos del Gobernador Brown, y realmente no había nada malo en ver qué habían robado en Beverly Hill al último ídolo juvenil, o la pelea etílica de un rapero en la discoteca más elitista de Los Ángeles.

Pero la Unidad de Crímenes Especiales devoró su propia condición. Comenzaron a asumir casos importantes. Infectaron el Departamento de Policía y cada vez asumieron competencias más amplias. Parecía que ellos decían cuáles eran sus órdenes. Daban igual que entre sus miembros se encontraban los policías con expedientes más sucios de todo el Departamento. Daba igual las denuncias, las extorsiones, los juicios. The Show must go on.

En posteriores artículos, este periodista desmontará pieza por pieza las grandes mentiras de Frank Masterson. Veremos si la serpiente seguirá riendo.

Bueno, he revivido de entre mis fardos de cocaína, y traigo algo muy acorde con el zeitgeist actual

Mi propio serie spaguetti western moderno, ambientado en los años 70, para variar...

Con tropecientas pelis y videos que volver a ver, con miles de proyectos a medio terminar, este al menos lo estrenaré dentro de poquito porque realmente me ha quedado muy chulo.

Besitos para todos